CAPITULO 1

Voy a comenzar mi historia desde el principio para que así no os perdáis.

Todo comenzó cuando yo tenía 5 años. Vivíamos en una casa muy bonita, quizá no la más grande, ni la más lujosa del barrio pero para mi sin duda era la más bonita. Para mi era como la fortaleza de una princesa o más bien en la que vivía yo como la princesita del castillo, jajajaja tiene gracia ¿verdad? pero, ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser princesa y que su príncipe azul la rescataría pasando por los peligros mas irrazonables que podamos imaginar?

Todo era maravilloso, mi padre, mi madre y muy pronto el pequeño Jacob. Sí mi madre estaba embarazada y pronto daría a luz.

El día esperado llegó y se llevaron a mi madre al hospital. Yo estaba contentísima ya me traerían a mi hermanito.

Pero la felicidad duró poco, pues mi madre murió al poco tiempo de dar a luz. Por si no lo había comentado antes, ella estaba enferma de cáncer y al parecer su cuerpo no aguantó mas.

Los días pasaban y yo no podía vivir sin ese pedazo de mí, necesitaba a mi madre, la añoraba, la quería allí conmigo por muy egoísta que suene, aunque sé que ella estará muy bien allá donde este. Echo de menos verla en la cocina al despertar, cuando salía  pero lo que mas echo en falta es en las noches. Temo que llegue la noche, acostarme y esperar a que mi madre venga a darme el beso de las buenas noches. Espero y espero, pero nunca llega.

A pasado un mes y medio desde lo ocurrido y ya estoy algo mejor, pero ahí no acaba todo lo malo.

Ahora que creía que todo lo malo había pasado, me entero que han despedido a mi padre, no es que el dinero sea esencial pero seamos realistas ¿de que viviremos?

Mi padre hace como si nada ocurriera, como si eso fuera algo natural, pero en las noches le escucho llorar, me levanto para ver que pasa y lo veo tirado en el suelo con la cabeza y brazos apoyados en la cama, tiene el retrato de mi madre. Le llora mientras le dice que la echa de menos, que no puede vivir sin ella y que todo esto lo está destrozando poco a poco.

Y así una noche, dos, tres,… siempre igual y cada vez las cosas peores. Pero se que un día todo cambiará y la fortuna estará de nuestro lado, no pierdo la esperanza de ver a mi familia en pie y diciendo:

            “SI TE CAES, TE LEVANTAS Y SIGUES ADELANTE SIN IMPORTAR LO QUE TE DEPARE EL DESTINO…………SOLO CONTINUA”